
Otra opción interesante para el cuidado de nuestras paredes -y no solamente el cuidado; también el decorado de las mismas para una mirada atenta a los detalles bellos- es el empapelado. El empapelado es un material muy sencillo de colocar en paredes, que viene con una superficie seca y otra con pegamento, y cuyos temas y motivos decorativos son múltiples. Una de las grandes virtudes del empapelado es que permite cubrir defectos de las paredes de un modo total, no como ocurre con las pinturas que pueden dar lugar a visiones de imperfecciones.
El empapelado
Como afirmábamos arriba el empapelado tiene muchas virtudes, tanto estéticas como prácticas. De las segundas se puede decir la ya mencionada cuestión de cubrir o invisibilizar defectos de las paredes. Como se sabe las paredes tienen rugosidades, imperfecciones: nunca encontramos una pared 100% lista. El empapelado puede ayudarnos a limar estas asperezas. En cuanto a las primeras podemos mencionar los distintos motivos artísticos que se plasman en los empapelados. Los empapelados puede ponerlos en la paredes de la casa que más le guste, incluso hasta en los baños y cocinas.
Dentro de los típos de empapelados más usados por los distintos usuarios, existen dos que se destacan por su popularidad. El primero es el vinílico.
Los papeles vinílicos están compuestos por una capa de vinilo (plástico) sobre una base de papel, que lo protegen de la humedad y facilita que se limpie con un trapo o esponja húmedos.
El segundo de ellos y también muy popular en su uso es el papel vinilizado.
Los papeles vinilizados están compuestos por un papel de base recubierto con una capa especial de barniz que los hace lavables, aunque no tanto como el papel vinílico.
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