Han quedado en el pasado los tiempos en que al interior del hogar se separaban muy tajantemente los espacios disponibles para la decoración de los espacios determinados únicamente por la utilidad y la función. Hoy día la intervención de la decoración llega hasta los lugares más recónditos de la vivienda, y es la escalera un claro ejemplo de ello.
Las escaleras
Con las escaleras ocurre lo que a San Agustín le ocurría con el tiempo: “Sé lo que es hasta que me lo preguntan”. Pues las escaleras no son ni parte del mobiliario ni un espacio delimitado con claridad y distinción. Seguramente la mayoría de los lectores preferirá pensar que es algo más cercano al mobiliario, pero siempre habrá razones que contradigan esta afirmación.
Lo cierto es que las escaleras son las instancias que conectan las plantas de un hogar: son la mediación entre el abajo y el arriba. Más allá de su función primordial, es importante saber que cada hogar tiene su escalera. Y, como en todos los elementos que componen el interior, la escalera también debe formar parte de la reflexión de los integrantes del hogar a la hora de decorar la vivienda.
Existen las escaleras tipo caracol, las escaleras de madera, las escaleras rectas, las escaleras de metal, entre otras.
Además existe la posibilidad o no de agregarle barandillas. No hacerlo podría darnos como resultado una escalera muy personal; ahora bien: si tenemos hijos entonces será mejor ponerle barandillas a los fines de tener mayor seguridad.
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