A la hora de decorar nuestro living tenemos un aspecto que cubrir de cualquier forma: las paredes. Ellas aparecen como superficies gigantes en las que debemos a toda costa ocupar espacio. De otra forma las extensiones sin interrupciones pueden generar un malestar a la vista. El caso de las bibliotecas o de los estantes ayudan mucho pues a la vez que realizamos una decisión decorativa. Llevamos a cabo una de tipo organizativo: dónde ubicar todos nuestros libros.
¿Estantes o bibliotecas?
La dicotomía estantes-bibliotecas responde a una duda previa: ¿cómo hacer para ordenar y ubicar esa masa de papeles y libros que solemos llamar colección personal? Incluso podemos remontar este interrogante a uno más básico y originario: ¿cómo ocupar el espacio que significa las paredes del living?
Pues bien, tanto los estantes como las bibliotecas ofrecen razones más que suficientes para ser tomadas en cuenta por nosotros. Veamos algunas de ellas.
En cuanto a los estantes podemos decir que ellos tienen la virtud de no ocupar demasiado espacio. Clavando una serie de clavos en la pared, fijando tablas de madera -lo suficientemente resistente para el peso de muchos libros- y pintándola de color blanco, por ejemplo, podemos tener la solución más sencilla a nuestros problemas. Suelen ser muy estéticos desde el plano del minimalismo.
Si hablamos de bibliotecas, el cantar es otro. Pues las bibliotecas ofrecen la solidez que una tabla de madera no ofrece. Las bibliotecas también suelen ser trabajadas por carpinteros, y es por ello que pueden incorporar detalles en sus extremos que hacen de su contemplación una experiencia agradable.
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